Con el verano pasa algo muy curioso, algo que no ocurre con ninguna de las otras estaciones. Estamos deseosos de eliminar las capas de abrigos y lucir cada uno de los looks que la nueva temporada tiene preparado para nosotros. Sin embargo, el tiempo no siempre nos acompaña. Hay primaveras que nos regalan un verano anticipado y otras que no nos dejan olvidar el largo invierno. Por ello, como el clima es uno de los fenómenos más imprevisibles que existe, debemos crear estilismos que nos dejen disfrutar de todas las novedades pero con un ojo puesto en cielo. No vaya a ser que bajen las temperaturas y nos pillen de cualquier manera.
Entonces ¿qué es lo que necesitamos? Que sea un vestido, ni muy corto ni muy largo, el largo midi conseguirá cubrir varias de tus necesidades. La primera, tapar la blancura total de tus piernas y es que más de seis meses sin ver el sol hace que nuestra piel adquiera un tono un tanto preocupante. Bien, decidida la largura, ahora debemos pensar en el color, y por unanimidad nos decantamos por los estampados. La primavera está para eso, para sacar toda la explosión cromática que llevamos dentro y repetir día tras día, flores, cuadros o rayas. Ya habrá tiempo de continuar con los tonos pastel o con el blanco cuando hayamos cogido ese tonito dorado que tanto nos gusta.
Siguiendo con nuestra peticiones del vestido perfecto, nos preguntamos ¿y las mangas? ¿qué hacemos con ellas? Muy fácil, no te tires como loca al escote halter o a los tirantes, espera, sé paciente. La manga francesa, siempre elegante, aunque para muchos demasiado formal, o la manga corta con detalles fruncidos son dos de las opciones que mejor acompañan a la primavera.
Por último, antes de pasar a las compras, te decimos una última sugerencia, elige los diseños con vuelo o plisados. Conseguirás el look perfecto con deportivas, zapato plano o súper tacón. ¡No te pierdas los mejores vestidos para ponerte desde ya!