Desde que la moda athleisure se coló en nuestro armario, llevamos unas temporadas en las que existe un equilibrio entre la ropa deportiva y el estilo formal. Sin embargo, muchas veces no sabemos dónde está el límite en el que las prendas que, en un principio, llevaríamos para hacer exclusivamente deporte, se convierten en piezas esenciales de un look.
Si ya el clan Kardashian nos han estado enseñando cómo llevar -hablando claro- un chándal sin necesidad de hacer ningún deporte y convertirlo en tendencia o grandes diseñadores como Isabel Marant o Gucci han demostrado que se pueden mezclar estilos y patrones para crear piezas comfy que nos sirvan para nuestro día a día, sin perder la elegancia intrínseca en cada mujer, la industria del fast fashion no se ha resistido a lanzar prendas que son claramente deportivas como un imprescindible más de nuestro armario.
Por ello, en este periodo raro de entretiempo, en el que todavía queda invierno pero esperamos al verano desde nuestra ventana con vistas, es el momento para elegir este tipo de piezas. ¿Por qué? Muy sencillo. A pesar de que a las tiendas ya van llegando todas las novedades, el handicap que tenemos llamado tiempo atmosférico muchas veces no juega de nuestro lado y no nos permite disfrutar de la gran sensación de estrenar. En definitiva, hace frío y por mucho que te guste ese vestido de flores, sabes que ahora no es el momento.
De ahí, que hayamos elegido la sudadera como ese jersey preprimavera, con él que ya eres capaz de deshacerte de la lana y con la que no solo podrás practicar tu deporte, sino que será tu parte de arriba favorita para ir a trabajar o salir una tarde de sábado.
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